Ya había visto imágenes de ellos bajo la lluvia y aunque no era la primera vez, no dejaron de impactarme las fotos de varios linieros pineros, en medio de unas inundaciones, con el agua hasta el fecho, devolviéndole la luz a vecinos del poblado Mella Cítrico tras los daños ocasionados por la tormenta tropical Helene tras su paso cercano por la Isla de la Juventud.
Ahí estaban ellos, bajo la lluvia a intervalos que dejó el evento climatológico en su “cola”, tratando de separar el tendido eléctrico de los arbustos; siempre desafiantes, entregados y con ese compromiso que supera su estatura.
Eran los integrantes de la brigada de linieros comandada por Fernando Jardines, quienes trabajaban en el circuito A010 perteneciente al mencionado poblado, distante de la ciudad de Nueva Gerona.
“Es verdad que los eléctricos no creen en imposibles”, siempre me digo porque sé a cuántos escollos se enfrentan a diario los eléctricos con esos “armatostes” de hierro añosos para que en cada centro, fábrica u hogar pinero prime la luz, pero al mirar estas instantáneas una y otra vez lo vuelvo a corroborar.
Helene, ya convertido en un huracán de categoría uno y con posibilidades de ganar en intensidad, afectó siete de los trece circuitos de distribución existentes en este territorio, lo cual representa alrededor de 7 163 clientes, según declaraciones del ingeniero Ignacio Moya Álvarez, al frente de la dirección del Despacho de Carga de la Empresa Eléctrica.
Esa cifra significa el 22 por ciento del total de quienes en este municipio son beneficiados con el vital servicio, la mayoría ya el mismo miércoles disfrutaban de los beneficios de la electricidad, gracias al empeño de las cinco brigadas de linieros activadas.
Por comunidades como el reparto Juan Delio Chacón y las playas del litoral norte, Ciro Redondo, Atanagildo, La Demajagua, la Mina de Oro y Siguanea se les vio inmersos en sus faenas, que muchas veces fueron hasta avanzada la noche.
Y todavía puede que queden algunas zonas aisladas sin servicio y el fluido eléctrico llegue con cierta inestabilidad a algunos hogares; sin embargo, bajo la lluvia y desafiando los peligros andan los eléctricos, esos que no creen en imposibles.