“Ojalá se mantenga”, “muy buena la iniciativa”, “ahora quienes trabajamos podremos comprar”, “se les acabó el abuso”, son algunas de las opiniones de quienes por estos días acuden a centros comerciales de la localidad, donde se comienza a percibir mayor organización en las colas.
De que el panorama poco a poco vaya transformándose y se le ponga el pica´o malo a los coleros y revendedores, esos personajes que simulan camaleones en su afán de pasar inadvertidos en los establecimientos donde se venden productos de primera necesidad y otros no tan indispensables, guarda relación con una batalla que libra el territorio y el país contra quienes insisten en vivir a consta del pueblo y el Estado.
La idea es contribuir a reordenar la venta en casi una treintena de unidades pertenecientes a la red del Comercio Interior, incluyendo las Tiendas Recuperadoras de Divisas, y para ello se han conformado grupos de trabajo integrados por representantes de entidades, organizaciones políticas y de masa, los cuales tienen la misión junto a los pobladores de contrarrestar las indisciplinas sociales.
Durante las indagaciones acerca del peliagudo tema, que trasciende espacios televisivos por propiciar el debate público hasta en las redes sociales, no pocos coincidieron en la necesidad de ser más enérgicos con esta plaga que se expande como verdolaga en el campo.
Y sí, hace falta mano enérgica y el peso de la Ley contra esos personajes, muchos de los cuales ni se ponen antifaz para sus inescrupulosas actuaciones, ya sea para monopolizar colas o mercancías que luego van a parar a un mercado negro que se atempera y no escapa de las nuevas tecnologías.
Tan solo basta revisar grupos de Whatsapp, Facebook o Telegram: Isla de la Juventud Venta, IslaShoping o Dando y dando, donde aparece una amplia gama de propuestas, algunas salidas de los centros comerciales, tales como detergente, cerveza, culeros desechables, champú, splig, lavadora y hasta leche en polvo de las suministradas a los pequeños o dietas médicas.
Qué decir también de quienes se adueñan de las colas, marcan varias veces, inventan listas y tarifas despampanantes para los primeros puestos; mientras algunos compran varios equipos y productos para luego revenderlos. Al final todos especulan.
Al respecto el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, instó a enfrentar a los coleros y revendedores, a esos que “nos complican la vida”, de “manera más decisiva e intensiva” porque provoca demasiado malestar al abrirle un profundo hueco al bolsillo de los ciudadanos.
La escases y el desabastecimiento es real, lacera a muchos y se agudiza todavía más porque ni en tiempos de pandemia Estados Unidos ha dejado de hostigar a Cuba, todo lo contrario, insiste con la persecución financiera e impiden a toda costa la entrada de mercancías, obstaculizan nuestras exportaciones, frustra los créditos y dificultan el suministro de combustible, entre otras de sus zancadillas.
De ahí que el Gobierno busque alternativas para paliar la compleja situación, que en la actualidad no es exclusiva del país porque el coronavirus ha puesto la economía mundial patas arriba; mientras tanto y entre todos hay que ponerle el pica´o malo a los acaparadores, revendedores y coleros.