Juan Gabriel Rodríguez Sarmiento destaca en Isla de la Juventud por las adecuadas interacciones ecológicas que logra entre árboles, cultivos, pastos y animales, gracias a la práctica de sistemas silvopastoriles de cara al desarrollo sostenible.
En 2015, solicité por la Ley 300 en usufructo 13,4 hectáreas (ha) –antes ociosas– donde asociados al eucalipto, en los pastizales aparecen la acacia mangium, más conocida como acacia africana, especie de rápido crecimiento, de alto valor económico y útil en el mejoramiento del suelo y el roble blanco, muy apreciado en ebanistería, comentó.
Agregó el ingeniero agrónomo que para la alimentación animal plantó la moringa oleífera (alternativa de forraje de alto contenido proteico) y la leucaena –cultivo mejor adaptado–, mantiene el herbaje natural del área, que enriqueció con pasto aguja (Brachiaria humidicola), preferido por las reses y caballos.
El año pasado adquirí cinco animales, cuatro hembras y un semental, la masa creció con tres terneros, quiero incrementar ese tipo de rebaño y además introducir la crianza de carneros, a partir de un módulo ovino para aportar proteína animal a la dieta mensual de los pineros, dijo el también técnico veterinario.
Aseguró que su filosofía es aprovecharlo todo, tanto, la hierba cortada por los trabajadores de la empresa de Servicios Comunales en el mantenimiento a las áreas verdes en zonas aledañas, como los restos de cosecha –de las cooperativas vecinas–, en calidad de suplemento y así evitar que esos desechos sean devorados por el fuego.
Con satisfacción habló de la agricultura familiar como modo de vida y clave para el desarrollo sostenible y de la imprescindible alianza entre finqueros para la atención cultural a las plantaciones.
Por su parte, Francisco Gamboa Martínez, jefe de servicio estatal forestal en el municipio especial, calificó a la finca como integral, donde además el usufructuario junto a su familia destinará áreas a la siembra de cultivos varios en contribución al programa agroalimentario del territorio.
Con 13,4 ha dedicadas al desarrollo forestal, Rodríguez Sarmiento contribuye al crecimiento del patrimonio de la segunda ínsula cubana, territorio que reporta el 69,3 por ciento de su superficie cubierta de bosques, el más alto de Cuba, seguido por la provincia de Guantánamo con el 50,4, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información en 2017.
Precisó Gamboa Martínez que el productor es beneficiario del Fondo Nacional de Desarrollo Forestal (FONADEF), cuyo objetivo principal es promover, financiar proyectos y actividades dedicadas a conservar y desarrollar recursos forestales, concernientes a inventarios, ordenación, protección e investigación, así como establecimiento de plantaciones forestales, tratamientos silvícolas y reconstrucción de bosques.
Vale reconocer el modo en que el campesino proyectó el mejoramiento de la productividad de los pastos naturales y la introducción de especies de leguminosas herbáceas y leñosas, cercas vivas con piñón florido, fundamentalmente, y el correcto manejo de la finca, aunque debe perfeccionar el sistema de protección contra incendio, acotó.
Este proyecto forestal que a su vez desarrolla sistemas silvopastoriles tiene su correlato en los objetivos de desarrollo sostenible de cara al 2030.